Steven Universe Wiki

Te damos la bienvenida a la enciclopedia que sigue las aventuras de Steven y sus mágicas compañeras, las Gemas de Cristal.

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Buenos días, tardes o noches, querido/a lector/a.

Hoy te vengo a mostrar a enseñar una historia que acabo de crear. Se llama, como dice su título; "Una vida en Los Santos".

Sinopsis

Un hombre, Henrique Pais, se había mudado desde Liberty City, hacia Los Santos. Acompáñanos, en su estadía por Los Santos. Una ciudad que tiene de todo, desde personas que luchan contra el crimen, hasta pandillas y mafias muy peligrosas en todas partes. Sin dudas, una ciudad, en la Henrique Pais, tendría que hacer de todo para subsistir.

Capítulo PILOTO

Hola, mi nombre es Henrique Pais. Tengo 27 años, y acabo de mudarme a Los Santos, California, y esta es mi historia.

Yo he vivido una vida bastante tranquila, viví toda mi vida en una pequeña granja al norte de Liberty City, junto a mis padres, hermanos, tíos, primos, y demás. Éramos una familia bastante grande, cosa que me sorprende, ya que la granja en la que vivíamos era muy pequeña. Bueno, me desvié del tema. El caso es que, por razones de trabajo, tuve que mudarme a Los Santos.

Luego de muchas, muchas, muchas horas de viaje en avión, llegué al aeropuerto de Los Santos, y fui recibido con una muy cálida bienvenida. Cuando apenas salí del semivacío aeropuerto, fui asaltado por un hombre vestido con prendas verdes. Y lo peor apenas había comenzado. Estuve como una hora y cuarto esperando a un taxista que sea tan amable de llevarme a una Tienda 24/7, para así comprar cosas que necesitaba en ese momento, como era un nuevo teléfono celular, una guía telefónica, un GPS, y si me sobraba un poco de dinero; una barra de chocolate.

Capítulo 1

Luego de haber comprado todas las cosas que necesitaba, y haberme gastado más de la mitad de mi dinero, me di cuenta de que el sol había caído, y como no tenía auto y los taxistas no trabajaban a esa hora, tuve que caminar por las oscuras calles de Gantón.

Estaba con mi campera morada y blanca, un pantalón cargo azul oscuro, y la capucha puesta. Esa noche dolía el frío, estaba temblando como si estuviese en un terremoto. Alcé la mirada y logré ver un gran cartel que decía "Motel Jefferson". Inmediatamente, empecé a caminar un poco más rápido, no esperaba el momento en el que me pudiera tirar en una cómoda cama y dormir por una eternidad y media.

Capítulo 2

Cuando llegué al Motel, me di cuenta que tenía demasiada mala suerte. En cuanto entré al lugar, había un olor muy apestoso, como a zorrillo que no se había bañado hace 9 años. Pero, bueno. Pagué por una noche en una habitación, y me di cuenta de que mi suerte era mucho peor de lo que pensaba. Entré, y la cama estaba muy desarreglada, vi muchas telas de arañas en los rincones de las paredes, había un preservativo sobre la mesita de noche, y el colchón de la cama estaba abierto, y se podían ver insectos dentro de él.

Inmediatamente, me fui a quejarme con la dueña del Motel, y me dijo que esa habitación había sido usada por unos jóvenes. No le di mucha importancia, ya que la dueña me había dado otra llave. Me acerqué lentamente a la nueva habitación, pensando que podría ser mucho peor que la anterior.

Pero, el buen karma me ayudó, ya que cuando entré, el cuarto estaba impecable. No había ni una cosa fuera de lugar, apenas me di cuenta de eso, me desvestí, abrí la cama, y dormí... Con frío, pero dormí, es lo que importa.

Capítulo 3

Al siguiente día, desperté como a las 14:00 de la tarde, ya que no había dormido durante varios días. Dejé el cuarto tal como estaba, recogí mis cosas, le agradecí a la dueña del Motel, y salí a la calle. Estaba todo inusualmente tranquilo, habían pocos autos por las calles, y pocas personas, en general. No le di importancia, y caminé medio kilómetro hacia una gran playa, la playa de Santa Maria Beach. Ahí estaba la razón de tanta tranquilidad, pues la playa estaba llena de hombres, mujeres, niños y niñas; todos jugando, tomando el sol o simplemente nadando. Como no tenía nada para hacer, me acerqué a un pequeño puesto de bebidas que había en la playa. Me senté en la barra, y me quedé viendo la blanca arena. Entonces, algo me llamó la atención. En una de las paredes del mini-puesto había un papel que decía: "¿Busca empleo? ¡Llame aquí", con un número telefónico y una dirección algo cercana a la que yo estaba.

No lo dudé, le pagué al hombre, recogí mis cosas nuevamente, y como si fuera un atleta profesional, caminé y caminé por desiertos, nevadas, escalé montañas... Bueno, en realidad solo tomé un taxi y me dirigí hacia allá.

Capítulo 4

Llegué al lugar, y vi muchos camiones salir y venir de tal lugar, había llegado a CAMIONEROS, uno de los pocos trabajos de la gran ciudad de San Fierro, ubicada en Easter Basin Docks.

Con mucho cuidado para que no me atropellen, fui directo hacia una pequeña oficina, dónde estaba el jefe del trabajo. El empleo no necesitaba curriculum vitae, ni nada de esas cosas, así que solo me tomó un par de minutos en conseguir el puesto.

Mi primer día de trabajo había comenzado, tomé las llaves y me subí a un camión, me acerqué a la zona de carga, y manejé hasta Las Venturas, lugar de apuestas, ventas ilegales, robos y sobre todo, muchos trabajadores.

Mi destino era un mercado, algo alejado de todo. La radio estaba en una emisora llamada "Alma de Verde", tocaban unas canciones distintas a las que yo estaba acostumbrado a oír, pero era mejor que escuchar el motor del camión. En cuanto llegué al mercado, un par de hombres vestidos de trajes negros me pararon, y por ninguna aparente razón, uno de los hombres sacó una Pistola 9mm de su pantalón y me apuntaron rápidamente, me gritaron: "¡Bájate del camión si aprecias tu vida!". Inmediatamente, me bajé del camión, me eché al suelo y el otro hombre empezó a revisar el camión. Sacaron todo lo que estaba adentro, y se llevaron el camión, déjandome tirado en la acera.

Capítulo 5

Asustado, corrí por las calles de Las Venturas, pidiendo ayuda, o al menos que me llevasen a mi trabajo nuevamente. Llegué a barrio, con casas blancas, que por lo que leí en los mapas, era Whitewood Estates. Vi a un grupo de personas, así que fui desesperadamente hacia ellos. Le hablé a uno de ellos, que por lo que veía, parecía el líder de ese pequeño grupo, ya que todos callaban cuando él hablaba.

Le conté todo, me ofreció pasar a su casa a tomar una taza de té, y ya que estaba llamar a mi jefe para contarle sobre la situación. Entablé una conversación con el hombre, que por cierto, me había caído bien. Le conté sobre mi historia, sobre lo que pasé desde que llegué a la ciudad, él me habló sobre su pequeña "empresa", llamada Cage Mechanic Brotherhood. Me contó que era un taller mecánico, del que él era líder. Yo, muy interesado por el asunto, le pregunté si tenían vacantes disponibles, ya que en Liberty City yo tenía una prima, la cual los fines de semana me enseñaba algunas cosas sobre vehículos, y tenía algo de experiencia.

Él me hizo una entrevista algo difícil, pero la pasé. Él abrió un cajón, y del mismo sacó un pequeño radio comunicador, estiró su mano hacia mí con el radio en la mano, y me dijo; "Bienvenido", entregándome el radio.

Capítulo 6

Apenas habían pasado unos días y me había dado cuenta de que Cage Mechanic Brotherhood no era una empresa común y corriente, ya que más bien el nombre era una tapadera, porque la "empresa", resultó ser una mafia, una bastante conocida, en realidad. Teníamos una vecindad, o como ellos le dicen, una "base" en Las Venturas, cerca del Hospital.

Todo estaba tranquilo, a mí no me importaba ni un poco que CMB fuese una mafia, hasta que un día, nos reunimos todos en el centro de la "base". Nuestro líder, Jhon Malkovich, del que ya les contaré su historia más adelante, se paró sobre el capó de uno de los autos blancos, que caracterizaban a nuestra banda. Todos callaron al oír su voz, y prestaron mucha atención a sus palabras.

( Señores, señoras. Tenemos un problema, muy grande ) - dijo Jhon con una voz muy grave y firme. ( ¿De qué se trata? ) - dijo el fundador de la banda, Nicolás Caja, del que ya les contaré más adelante también. ( Una banda rival, The Bad Boys, nos ha declarado oficialmente la guerra) - dijo Jhon, bajando la mirada. 

Todo el grupo empezó a murmurar, yo no sabía que hacer, que decir, como reaccionar en ese momento. De repente, Jhon llamó la atención de todos, ya que nuestro querido líder ya sabía que iban a hacer.

Capítulo 7

El día había llegado, todos nos reunimos en el centro de la "base" nuevamente, y en la noche nos subimos a los vehículos de Jhon; Sussy, su camioneta negra y celeste, y Cecilia, su motocicleta del mismo color. Por si se lo preguntan, sí, Jhon le faltaban varios tornillos. Volvamos al tema.

Nos subimos a los vehículos y nos dirigimos a una pequeña base militar abandonada en Las Venturas, que al parecer era la base de TBB. Nos detuvimos a unos 50 metros de esa base, en un pequeño cerro cerca de la mina de carbón de Las Venturas. Bajamos, y Jhon abrió los maleteros de los vehículos, en el cual habían muchas cosas; armas, un maletín, y por una razón que no quiero saber, sangre. Jhon sacó varias armas blancas, explosivos, y armas de fuego. Específicamente sacó este arsenal: dos MP5, tres cuchillos, un bate de beisbol, un C4, ocho granadas, unas tres o cuatro Desert-Eagle's, una AK-47, y por último un Rifle de Francotirador de Largo Alcance. Nunca dije que CMB era una mafia pacifista.

Nicolás repartió las armas con todos los miembros que estaban ahí, inclusive a mí, que me dio el Rifle y un cuchillo.

Jhon me ordenó que me quedase en el cerro; cuidando los vehículos y vigilando esa abandonada y gran base militar a la que mis compañeros entrarían a sabotear. Pasaron varias horas, los chicos (y chicas) ya estaban por dirigirse a esa base, pero antes, tenían que detenerse a recargar balas, probar la puntería, y lo más importante; comerse unos refuerzos de fiambre y queso.

Capítulo 8

Después de comerse esos deliciosos refuerzos, todo el grupo (a excepción de mí) se adentraron a la base, y toda la preparación había sido en vano. Esa base estaba vacía, no había ni una persona dentro, pero CMB no se quedaría de brazos cruzados, sacaron unas latas de aerosol de sus bolsillos y empezaron a graffitear toda su base, pero no con amenazas, no, con babosadas típicas de CMB, como por ejemplo; "The Bad Girls", "Cage Mechanic Brotherhood rulez", etcétera.

Aunque algunos miembros con una pequeña pizca de inteligencia tomaron algunos suministros como armas, gasolina, y demás cosas.

Todo el grupo volvió al cerro, nos subimos a los autos y nos dirigimos a nuestra base, y nos sorprendimos mucho cuando nos dimos cuenta que nuestra base sufrió el mismo destino que la base de TBB, pero mucho peor.

Todos los apartamentos habían sido saqueados, las paredes graffiteadas, y los vehículos que se habían quedado en la base (ya que no los usaríamos) estaban con los cristales rotos, las ruedas pinchadas y con una pintura fresca de color rosa chillón.

Nuestra banda estaba en peligro, nuestra mayor banda enemiga conocía la ubicación de nuestra base, no estábamos seguros en esa pequeña vecindad.

Capítulo 9

Una semana más tarde, todos estábamos preparados para largarnos de esa vecindad. Todos los miembros de CMB que poseeían un apartamento en esa zona vendieron sus propiedades. Hicimos unos 4 viajes en el DFT-300 de César Ventura, llevando todos los muebles de mis compañeros, y nos dirigimos a una gran isla habitable cerca de Santa María Beach. Por cada viaje que hacíamos, pasabamos una eternidad para entrar a la isla, ya que la mujer que la cuidaba era lenta y necesitaba nuestros papeles y demás. Algunos de nosotros, los no muy "privilegiados", tuvimos que quedarnos en las casas de los demás.

Yo me quedé junto a Clementine y Sebastián, Jhon con su hijo Nicolás Malkovich, Nicolás Caja se quedó con Romero y demás miembros.

Capítulo 10

En la noche de ese mismo día, yo estaba acostado en un sobre de dormir que estaba en el suelo, con una lámpara al lado, mirando el techo de madera vieja. Y como era típico de mí, estaba con insomnio. Harto de intentar dormir, me levanté del suelo, y me vestí silenciosamente para no despertar a mi compañera y mi primo. Abrí la puerta de la pequeña cabaña y me dirigí al estacionamiento. Metí mi diestra dentro de mi bolsillo y saqué unas llaves del mismo. Me subí a una hermosa Freeway azul oscuro e inserté las llaves en el tambor de la moto.

Salí de la isla, y un sentimiento recorrió todo mi cuerpo, ya que hacía mucho tiempo que no manejaba a la luz de la noche. La insaciable adicción a la velocidad me obligó a recorrer toda la ciudad de Los Santos, acercándome a San Fierro, específicamente a una zona poco habitada, y de la que yo desconocía su existencia. Como era de esperarse, la velocidad me había dejado ciego, metáforicamente, claro está. Me había dejado tan ciego, que no me di cuenta que el tanque de gasolina se había quedado en un redondo y perfecto cero. Y lo peor era que estaba a varios kilómetros del 24/7 más cercano. Así que me bajé de mi moto, me quité mi casco, y la dejé en unos arbustos al lado de un árbol. Empecé a caminar por las calles iluminadas por débiles luces. Me empecé a cansar mucho, y seguía sin encontrar ninguna tienda. Ya casi me rendía, cuando vi un gran letrero de una gasolineria de baja calidad. Pero como no estaba en condición como para pedir lujos, fui lo más rápido posible hacia esa gasolineria. Entré, y había un adolescente tomando una Sprunk con una laptop. El chico no parecía nada interesado en hacer su trabajo. No le presté atención y tomé lo que necesitaba. Una Sprunk helada, un galón de gasolina, y lo que más necesitaba; un buen refuerzo de fiambre y queso. Mientras me acercaba a la caja, un par de hombres entraron con máscaras de superhéroes infantiles. Estuve a punto de reírme, hasta que me di cuenta de que ambos hombres estaban armados con pistolas Colt-45 con silenciador.

Capítulo 11

Aterrado, me escondí en uno de los pasillos. Ambos hombres creían que no había un alma además del cajero, así que suspiré un poco, y empecé a dirigirme lentamente hacia la salida de la gasolineria. Ambos hombres estaban distraídos robando el dinero de la caja. Abrí la puerta del local para salir, pero por desgracia, era una de esas puertas que tienen una campana que suena cuando alguien entra o sale. Ambos hombres se me quedaron mirando durante unos milisegundos, cuando sus expresiones faciales cambiaron. Yo, aterrado, salí corriendo del lugar, pero los reflejos de uno de los hombres fueron más rápidos que yo, y me disparó con la pistola en el hombro derecho. Gritando de dolor, caí al pavimento, con una herida de bala en el hombro. Agonizando, me arrastré hacia el auto de los asaltantes, y me escondí detrás del mismo. De mi bolsillo saqué un radiocomunicador del tamaño de un Walkie-Talkie. Lo encendí, e intenté hablar con alguno de mis compañeros. Las palabras apenas me salían de la boca, ya que estaba agitado y asustado por el disparo. Por suerte, tenía señal y al menos se entendía lo que quería decir. Con miedo, estaba deseando que cualquier miembro de mi banda me oyese. Y supongo que una estrella fugaz había pasado en ese mismo momento, porque Romero Green estaba aún despierto, y respondió a mi llamado. 

Capítulo 12 - Parte 1 (Punto de Vista de Romero)

Eran las 2 A.M, yo estaba escuchando La Vela Puerca con mi MP3, cuando de repente escuché a alguien respirando agitadamente. Me levanté de mi incómoda cama, y me dirigí a la cocina, dónde estaba mi mochila con el radiocomunicador. Lo tomé, y escuché a Pais, uno de mis mejores amigos. Al oír lo que le había sucedido, desperté a todos y nos subimos a los vehículos. A máxima velocidad, nos dirigimos hacia ese 24/7 en San Fierro, dónde se encontraba Henrique. 

Capítulo 12 - Parte 2 (Punto de Vista de Henrique)

Romero y los demás habían respondido al llamado, yo estaba tratando contener los gritos que me causaba la bala en mi carne. Cerré los ojos para respirar, y cuando los volví a abrir, ahí estaba uno de los hombres; apuntándome con la pistola. Miró a su compañero y lo llamó. El segundo hombre sacó una jeringa con un líquido de dudosa procedencia y me la inyectaron en el pecho. A los pocos segundos, empecé a sentir que me dormía, y veía por partes. Primero vi a ambos sujetos sácandose sus máscaras. Uno de ellos era un joven de unos 23 años, se veía muy angustiado por lo que me había inyectado. El otro sujeto era una chica de 25 años, estoy seguro que era la que organizó el robo, ya que se veía bastante segura, como si ya lo hubiera hecho mil veces, y fuese una actividad cotidiana. Lo segundo que vi era como ambos sujetos abrían el maletero de su auto. Y lo último que vi fue sus rostros antes de que me dejaran encerrado en el maletero. Antes de desmayarme, vi el cuerpo desmayado del cajero, y muchas luces que venían por la carretera. Hasta que todo se quedó negro, y me desmayé.

Capítulo 13

Desperté, estaba dentro del maletero de un Turismo, junto a un par de armas de fuego. La herida de bala aún me dolía, aunque sangraba lentamente. Confundido, escuché un par de voces, las voces de los asaltantes. La voz masculina tenía miedo, se estaba imaginando que pasaría si la policía o alguien los atrapa. La voz femenina estaba calmando al hombre, diciéndole paso a paso que harían con mi cuerpo si yo me moría. Pasaban los minutos, y mi corazón se aceleraba por cada segundo, hasta que de repente algo chocó contra el maletero, y así varias veces. Ahí fue cuando escuché la voz de mi primo Sebastián, y varios disparos hacia el auto de los asaltantes. Luego de unos segundos, algo golpeó al maletero con tanta fuerza que el mismo se abrió un poco. Con todas las fuerzas que tenía en las piernas, empecé a patear el maletero, hasta que se abrió por completo. Cuando se abrió, vi a todo CMB en los autos. Algunos subidos en la parte de atrás del DFT de César, otros en la camioneta de Jhon, otros en motos, y demás. Todos estaban tratando de sacarme del lugar. Los asaltantes respondieron, cuando la mujer con una MP5 en manos comenzó a disparar a mis compañeros. Yo no sabía que hacer, me estaba intentando sujetar de algo para no caerme. Cuando de repente, Sofia Peretti le disparó a una de las ruedas del Turismo, y el mismo perdió el control, iba en zic-zac, hasta que derrapó y frenó. Ambos asaltantes salieron del auto con armas, la mujer se cubrió con el mismo. Mientras que el hombre apenas salió del auto recibió un disparo en la cabeza, y su cadáver cayó al suelo. Todos bajaron sus armas cuando vieron a la asaltante restante tirar sus armas y dirigirse rápidamente al cuerpo. La misma empezó a llorar descontroladamente, y gritarnos bárbaridades que prefiero no mencionar. La mujer, con los ojos llenos de lágrimas, sacó una pistola del bolsillo interno de su chaqueta y disparó apuntando a Clementine, la que le disparó al hombre. Y por suerte, la chica ciega por el dolor falló el disparo, dándole a un árbol que estaba detrás de nosotros. Clementine desenfundó su Desert-Eagle y apuntó a la chica, dispuesta a matarla. Pero Nicolás Malkovich reaccionó más rápido que ella y le disparó 9 veces con un AK-47. La asaltante cayó sobre el pecho del otro asaltante. Con sus últimas fuerzas, lo besó, y murió.

Todo era silencio, hasta que yo empecé a gritar descontroladamente por culpa de la herida. Todos me rodearon, Jhon, quien era médico, se acercó a mí y revisó mi hombro, con cuidado me subieron a la camioneta de Jhon. Todos subieron a sus autos y se dirigieron al Hospital de San Fierro. Jhon tenía algunas cosas por si una situación parecida a esta sucedía. Empezó a presionar el lugar de la herida con un trozo de tela para controlar la hemorragia, estuvo así por unos 10 minutos más o menos. Luego colocó una gasa en la herida y la envolvió con la misma. Empezó a calmarme diciéndome cosas como "Todo estará bien, "no te preocupes", y demás. Revisó mis vías respiratorias y controló mi respiración. También verificó mi circulación en mi garganta e hizo un torniquete. Luego de un rato, la herida había sanado un poco, cuando llegamos al Hospital. Rápidamente fui llevado a la sala de urgencias. Y con ayuda de los doctores, logré sanar luego de una semana, sino, no estaría contando mi historia.  

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